Imagen tomada de la red
Inmarcesible en los
hombros de la noche
resbalas en mi memoria
y una gravilla de recuerdos
cae sobre las horas.
La poesía me extiende sus manos
y en la palidez de la
hoja resucito
a las palabras que desangran el huracán de tu violencia.
Cómo olvidar
el sollozo de las alondras que un día
en mí moraron
y los jazmines azotados
por tus manos.
Cómo olvidar
si aún tengo tus huellas en la médula del alma
y en el intento de huir de tu fantasma;
mantengo la puerta abierta,
duermo con los brazos cubriendo mi cabeza,
y despierto tantas veces
con un suspiro segado
en mitad de la garganta…
Contigo conocí como es:
el dolor de un grito amputado,
las heridas que no tienen voz,
la mirada hundida en el miedo
y el sabor amargo del agua.
Cómo olvidar
si aunque estoy libre
de tus redes
hay momentos como este cuando siento
que cual ave diminuta
y frágil
oscilo en el borde
del abismo
sin atreverme a volar.
Ana Cevallos Carrión
Tomado de: “El pulso de mis días”
Loja, 22 de marzo del 2016.
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