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Mostrando entradas de 2014

QUE GANAS…

Amigos, este poema está inspirado en la violencia que sufren miles de mujeres. .. Qué ganas de airear las calles por donde transitamos; tú con un diccionario de tijeras y cuchillos, con los puños ágiles en desangrar mis ojos, con las palmas silenciando mis sonidos, y yo con la sumisión rugiendo en las entrañas, con el miedo circulando en las arterias, incapaz de mirar más allá de esa pompa donde sin tregua flagelaste el amor. ¿Cuántos golpes descargaste en mí? ¿Cuánta cizaña plantaste en mi alma? Lentamente amortajaste la esperanza me orillaste al limbo de los sueños, y sin que mi voz pudiera herir al viento anhelé la muerte. Que ganas de oxigenar esta amargura para no enloquecer con la hiel que me socava, para alcanzar la sanidad del árbol que crece traspasado por los clavos, para sentirme libre de la culpa al permitir que me hicieras tanto daño. Que ganas de levantar la cruz que me aprisiona, romper el mapa que me condujo hasta tu vida, recoger todas las plumas esparcidas,

NECESITO OLVIDARTE

La variación de la brisa  rememora antologías  y en la burbuja del silencio  ya no hay abecedarios  colgando de los versos.  La floración exudó  sus últimos aromas  estirando los segundos  empapados de esperanzas.  Y aún te llevo imantado  al dorso de mi pecho  bajo los dedos de la luna  en los musgos que ascendieron  por la salinidad del páramo.  La noche enfermó de nostalgia  en su vértice las telarañas  entonan distancias…  La caligrafía de tu nombre  ovilla sequedad a mi garganta…  Dejaré que expiren las olas  hasta agotar estos mares,  necesito,  que los retoños del tiempo  me ayuden a orillarte del alma.  Ana Cevallos Carrión  Loja, octubre del 2011  Tomado de "Huellas en el viento"  Todas mis obras están registradas.  Se prohíbe su reproducción parcial o total. 

AL MARGEN DEL OLVIDO

Al margen del olvido; surrealismo; AORY  Esta poesía está dedicada para aquellos amores que nunca pudieron ser en esta vida.  Guarda de  mí esas ansias de pájaro que nunca alcanzaron a domesticar el amor; él doblegó mis alas y arrodilló las letras. Guardaré de ti  la invocación de un beso en la utopía de tu boca y  será su sombra ; mi anhelo. Guarda de mí la vocal primigenia déjala  levitar  en el fondo de tu pecho donde duerme  la razón. Guardaré un fragmento de tu voz, en el  equinoccio de la esperanza y la garua de tus ojos en  la distancia.   Un día acogeremos el vacío, retornando a la mansedumbre de la esencia y  tal vez cuando mudemos nuestros cuerpos, de vuelta a la sustancia terrenal, en un instante anónimo , me reconocerás en el brocal del agua, te descubriré en el trino del viento, entonces , dejaremos de ser errantes del amor y al margen del olvido nos amaremos. Ana Cevallos Carrión. Loja,  agosto del 2014.